"UN EJEMPLO DE LA BONDAD DIVINA"


Basado en el relato bíblico según Josué Capítulos 2 y 6.
Pastora Jeannette González de Véjar
    Leamos en Hebreos 11:31:
"Por la fe Rahab, la ramera, no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías".
    Habían transcurrido ya 40 años desde aquel día en que un pueblo esclavo atrevido había cruzado el Mar Rojo en busca de la libertad bajo el mando de un valiente,  asistido por una mujer valiente y un hermano de ambos.     En el último año habían muerto estos tres valerosos dirigentes:  Moisés,  Aarón y María.
    Antes de morir, transfirió su liderazgo a Josué, quien era su hombre de confianza; una varón piadoso, lleno del espíritu de sabiduría.
“1Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo: 2Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. 3Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie. 4Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Eufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio.” Josué 1.1-4


    Al meditar Josué acerca de la enorme tarea escuchó la voz de Jehová
“ 5Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé. 6Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos. 7Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. 8Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. 9Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. ” Josué 1.5-9
    La nación que habitaba la tierra al oeste del Jordán eran los poderosos cananeos.  Parece ser que estaban dividos en dos reinos, teniendo cada uno su propio rey, y de ser necesario formaban poderosas alianzas. Se estaba repartiendo ya la tierra.   Estaban protegidos por montañas, por el río Jordán, que fluía con ímpetu, y el Mar Mediterráneo, las ciudades estaban bien fortificadas y era una nación culta.    Eran bien conocidos sus logros en el terreno comercial y lo hacian pacíficamente con otras naciones.   Eran idólatras, eran sensuales y horriblemente crueles.   Sus ritos de fertilidad y sacrificios humanos a Baal escandalizaban a los israelitas, ya que las leyes que regían a estos últimos eran las que habían sido dadas por Jehová a través de Moisés.  La copa de iniquidad de los cananeos estaba llena hasta el borde.

    ¿Cómo está su copa? ¿Está rebosando de bendición o está llena de pecados contra Dios?

    Entre esta gente vivió Rahab.   La casa de esta mujer fue una excelente sitio para que los extranjeros entraran y obtuvieran información sin problemas. Rahab era una pecadora de antecedentes paganos que reconoció al Dios de Israel como el verdadero Dios del cielo y de la tierra. Ella abandonó los dioses de Canaán , se unió a Israel y a su Dios. Ella llegó a ser antepasada del Mesías.

    Hablaremos de una mujer pagana que tuvo una tremenda y maravillosa intervención a favor del pueblo de Dios

    Ella vivía en Jericó, la más fuerte de las ciudades fortificadas de Canaán.   Esta antigua ciudad de las palmeras estaba rodeada y protegida por dos muros que estaban a una distancia de casi 5 metros.   Aunque estos muros no eran altos, eran anchos y fuertes, las casas eran construidas con ladrillos secados al sol.   Jericó tenía sus tejados planos y blanqueados, la ciudad estaba asentada en un lugar muy verde.   Esta era la tierra que Josué debía recuperar para el pueblo de Dios.   Él tenía la promesa de conseguir la victoria, pero como dirigente militar era preciso que planease con sabiduría, escogió Jericó como principio de su campaña, tal vez su estrategia consistiese en separar a los reyes norte y sur, al este del Jordán y al oeste de Jericó.

     Josué envió a dos jóvenes como espías a Jericó.   Lo más probable es que éstos hallan tenido que escoger un lugar donde la orilla fuese menos profunda y el río suficientemente estrecho para cruzarlo; tratando de avanzar rápidamente y recorrer los pocos kilómetros que los separaban de la ciudad, ansiosos por evitar ser reconocidos.   Medio escondidos avanzaban estos espías, se mezclaron durante un breve tiempo, el suficiente como para enterarse que la casa ubicada en lo alto de las murallas pertenecía a una prostituta llamada Rahab.

    Rahab esa mujer pecadora presenta muchas dificultades de índole moral, pues no conocía a Dios. Resulta fácil comprender que unos hombres de conducta intachable y de vidas ejemplares como Abraham, Moisés, se consideren héroes de la fe, pero es difícil pensar que Rahab pertenezca a este salón de personajes destacados por su fe.   Ella con sus antecedentes paganos pertenece a esta lista de nombres sobresalientes, cuyas fe debemos imitar.

    Este mensaje está dirigido a aquellas vidas que se han enlodado, a aquellos que se sienten culpables,a los que dicen "¿qué puedo ofrecer a Dios?".   Esta palabra no es para los que se sienten limpios, sino es para aquellos que tienen un pasado, a quienes Satanás les dice "Tú no puedes escapar a este pasado que te afrenta, porque has caído muy bajo".

    Algunos comentaristas bíblicos han restado importancia a esta mancha de prostitución al linaje de Cristo, tratan de explicar esa presencia, insistiendo que aquellos tiempos una ramera era sólo una posadera, otros dicen que posiblemente "fue una mujer que pudo haber pecado una vez, que luego se regeneró".   Pero no es posible evadir la verdad, porque vemos que en todas partes se habla de esta mujer como una ramera.

  En Mateo encontramos que cinco mujeres se mencionan como participantes de la genealogía de Jesús, una era prostituta, otra era moabita, y había una adúltera.

    Dios nos dice que la salvación no depende de la gracia humana, sino de la gracia que Él ha concedido gratuitamente a los pecadores. Él está dispuesto a redimir a todos.

     Este ejemplo de cómo elevó a esta mujer pecadora nos advierte que nunca podemos mirar con desprecio a una persona por los pecados que pudo cometer. Rahab mintió astutamente, su mentira no justifica a los creyentes a mentir en alguna circunstancia especial, en ese tiempo Rahab no era miembro del pueblo de Dios, su mentira nunca fue aprobada por las Escrituras, sólo su fe y algunas de sus obras.   Dios no necesita de engaños para cumplir con su voluntad.    Para un pueblo pagano como los cananeos un mentira no constituía ningun problema, pero para los oídos de un Dios Siete Veces Santo es siempre un pecado.

     Lo que sí era reprobado aun por un pueblo inmoral como los habitantes de Jericó era la traición.  Los espías habían venido con un propósito de comprobar las fortificaciones de la ciudad, para determinar la moral de sus gentes.   Ella les había dicho voluntarimente todo lo que sabía, porque algo había nacido en su corazón; los animó, los protegió, los ayudó a escapar.   Rahab no pudo haber hecho mucho más para traicionar a sus amigos y a su nación.    Recuerden ustedes que con todo y con ser ella una ramera muy astuta y una traidora, se convirtió en una heroína de la fe; salvó la vida de los espías y más adelante salvó la propia y la de los suyos, porque creyó de verdad en el Dios de Israel.   Dijo a aquellos hombres que había oído hablar de Dios con anterioridad.    Jericó se encontraba en la ruta de las carabanas que iban de Babilonia a Egipto, tomando en cuenta que los mercaderes se detenían en casas como la suya, ella pudo oír mucho acerca de esta gran nación que se estaba formando.

      Las noticias de las conquistas y el poder de Jehová llegaban a la casa de Rahab como muchas veces han llegado a su hogar o a sus oídos.   Así como tantas veces Rahab escuchó disimuladamente a los mercaderes que pasaban y se detenían en su hogar y hablaban de las grandezas de Dios; de la misma forma usted ha estado en algún lugar y ha escuchado de Dios o ha hablado de Él.    Por ese medio, ella pudo oir mucho acerca de esta gran nación que se estaba formando cuyo Dios era Jehová; Jericó estaba llena de temor a causa de lo que se oía de Israel y de su Dios, el pueblo de Rahab temía a un pueblo que adoraba a un Dios tan poderoso como era el YO SOY.  Rahab sabía que ese Dios era el verdadero, pues Él había estado obrando en su corazón; ella lo conocía sólo de oídas, pero estaba convencida de que su corazón no se equivocaba:
  Sé que Jehová os ha dado esta tierra; porque el temor de vosotros ha caído sobre nosotros, y todos los moradores del país ya han desmayado por causa de vosotros. 10Porque hemos oído que Jehová hizo secar las aguas del Mar Rojo delante de vosotros cuando salisteis de Egipto, y lo que habéis hecho a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, a Sehón y a Og, a los cuales habéis destruido. 11Oyendo esto, ha desmayado nuestro corazón; ni ha quedado más aliento en hombre alguno por causa de vosotros, porque Jehová vuestro Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra.
     Amados hermanos, ella no fue testigo de ninguna de estas verdades proclamadas, a ella sólo le habían contado, pero creyó en Jehová con todo su corazón.   Ya no queda lugar en esta mujer ni en su mente para Astarté,ni para Moloc ni los demás dioses.   ¡Oh cuán grande es el Señor! ¡Cómo trabajó en el corazón de esta mujer!.   Rahab y Sara, la esposa de Abraham, son las únicas mujeres que se mencionan como pertenecientes a la gran nube de testigos que fueron extranjeras y peregrinas en la tierra y para las cuales Dios ha preparado una ciudad.

     En el libro de Santiago leemos de la fe de Rahab, su fe es comparada a la tremenda fe de Abraham "el padre de la fe", ¡qué tremendo! Sin saber quién era Dios, Rahab creyó en Él, sin que sus ojos vieran lo que el pueblo de Israel vio en esos 40 años, ella creyó.   Santiago dice que ella tenía una fe viva demostrada por sus obras, sus convicciones eran firmes.

     ¿Cómo son sus convicciones, hermanos? Usted que ha visto prodigios y milagros, usted que ha escuchado cada día de este Dios soberano; ¿cómo son sus obras? ¿ha demostrado esa fe viva y esas convicciones firmes? Esta mujer las tenía y aunque puso en peligro su propia vida escogió ponerse de parte de este Dios aún desconocido, de quien sólo había escuchado hablar a los que pasaban por su taberna.   No lo conocía, pero creía ya en Él, algo nacía en el corazón, se atrevió a quedarse sola, porque sabía que con el Todopoderoso estaba segura.

  Ayudó a los espías y guardó su secreto por amor a Dios.   Qué grande, ella ya era una misionera (por así decirlo), pues deseaba que toda su familia fuera salva.   Cuando el amor de Dios nace en nuestros corazones, deseamos que todos los nuestros sean salvos, porque como el cuerpo sin espíritu está muerto así la fe sin obras es muerta, según el libro de Santiago.   ¡Qué gran lección la de Rahab!, ella y su familia se salvaron de la terrible destrucción de esa ciudad pecadora y su recompensa fue eterna. De modo que toda acción hecha por amor a Dios se verá recompensada por multiplicado, ni siquiera un vaso de agua fría quedará sin recompensa, ni siquiera un palabra dicha para bien de otros.      Ella fue aceptada por los israelitas, con el tiempo se casó con Salmón, que posiblemente fuese uno de los dos espías, de esa manera tuvieron a Booz quien se casó con Rut, los abuelos de David.

    Cristo sigue buscando y salvando a los perdidos, no a los que creen tener una vida perfecta, sin mancha, sino a los que han dejado un pasado de vergüenza.   Jesús está llamando al arrepentimiento, Él es Buen Pastor, trae a los perdidos, a los que se han alejado entre todas las naciones.   "Yo quiero entrar al redil".

  La iglesia ha sido muy lenta al hacer que los de afuera se conviertan en uno más, tardos para cumplir con el principio de la aceptación.   No dejamos que constituirnos en jueces de aquellos que vienen a Cristo con un pasado malo.   ¿Cuántas Rahab hay en este mundo?, ¿cuántas están allí y sienten el llamado del Señor?   No podemos permitir que haya una persona que no acepte a Cristo, no podemos hacer a un lado a aquellos que tienen una herencia diferente por pertenecer a otra raza, cultura.   Cuando Dios escucha un pecador, por muy depravado, por muy sucia que sea su vida, permite que esta persona tenga una comunión total con Él en los lugares celestiales, tanto si proviene de un hogar cristiano o pagano, si su piel es blanca, negra, amarilla, roja u oscura, eso no importa a Dios.

     Cuando los sumos sacerdotes estaban en la traición de Jesús, el les dijo: "De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios."  Mateo 21:31b

    Cuanto más honda es la necesidad, mayor es la gracia. Sea la gloria al que a todos salva y por la eternidad.   Muchas rameras, muchos pecadores que necesitan las caricias del Señor, hoy Él está dispuesto a ser nuestro oidor, Dios borrará rebeliones, iniquidades, para darnos una nueva posibilidad.   Esta ramera, una mujer de antecedentes paganos, pero así con todo reconoció al Dios de Israel como el Dios de los cielos y la tierra.

    Siéntase poderosamente en las manos del Señor: Dios es bueno y para siempre son sus misericordias.
    Guardemos este mensaje en nuestro corazones.  Que Dios les guarde y les bendiga.

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