EVA: LA IDENTIDAD DE LA MUJER
(Primera Parte)
INTRODUCCIÓN:
El gran objetivo de este estudio es, con toda humildad y de la forma más fiel posible, demostrar el concepto que Dios tiene de la mujer, el que –como veremos- discrepa totalmente de aquel que Satanás ha impuesto en el mundo.
Como objetivos específicos están el demostrar que:
** El lugar que Dios ha asignado a la mujer es fruto de Su infinito amor; es de gran honra para nosotras; es en nuestro beneficio, el de los que amamos y de todo el plan divino en la tierra.
** El rol de la mujer dentro de la obra del Señor es de vital importancia, es activo y vigente.
Este trabajo está dedicado:
1.- A mis hermanas que con paciencia y fe han depositado sus esperanzas en nuestro Redentor y Señor Jesucristo, el Fiel Amado;
2.- a mi Pastora Sergia Olivares, madre de nuestro Obispo, a cuyos pies me senté durante mi adolescencia; y
3.- a mi Pastora Jeannette González, esposa de nuestro Obispo, porque rescató mi alma de la ignorancia aplastante y, arriesgándose a perder mucho, me enseñó que Satanás no tiene más poder del que yo le quiero dar.
LA IDENTIDAD DE LA MUJER: ¿QUIÉN SOY YO?
TEXTO BASE DE ESTUDIO: Gén 1:26-31; 2:1-2. Estudie con Biblia en mano.
Para comenzar, debemos decir que *1en el v26 cuando se usa la palabra "hombre" (heb. 'adam) se refiere a la raza humana, adán el primer hombre o la humanidad en general. La palabra hebrea 'adam, en su sentido general, no tiene nada que ver con masculinidad, sino más bien con la humanidad. Por ejemplo, en un caso específico, 'adam se refiere exclusivamente a la mujer (Nm 31.35)*. Por lo tanto podemos concluir, sin lugar a dudas, que en estos pasajes el Creador se refiere y dirige al hombre y a la mujer. esto es apoyado por el v27 donde se usa la expresión "varón y hembra". Analicemos ahora estos versículos.
A.- SOMOS CREACION DIVINA.
No somos un producto del azar ni de la materia, como dice el mundo, menos "un error de la naturaleza". Dios dijo "Hagamos al 'adam(...)".
Los Salmos dan información acerca de la obra creadora de Dios
8.5-6 "Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra. Y le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies:"
Dios nos creó porque así lo deseaba, porque tenía un plan maravilloso para el universo entero y nosotras somos parte de él.
Sabemos perfectamente que cuando Dios entregó su palabra a los distintos autores, el lenguaje en ella utilizado no fue al azar. A continuación vamos a ver qué palabras utiliza Génesis para describir la obra creadora de Dios.
Gén 1.1 bara' "crear" (los cielos y la tierra)
1.7 'asah "hacer" (la expansión)
1.17 nathan "poner" (lumbreras, estrellas )
2.7 yatsar "formar" (al hombre: "formar como un alfarero"; apretar en un molde para dar formar.)
2.22 banah "hacer", "edificar" (a la mujer: "formar con habilidad, en forma diestra, con mucho cuidado").
Por favor, tenga la bondad de poner mucha atención a los verbos utilizados en la creación del hombre y de la mujer:
Para el hombre Dios utilizó el término hebreo yatsar que significa "formar como un alfarero"; en cambio, para la mujer usó banah que significa "hacer, edificar, formar con habilidad, en forma diestra, con mucho cuidado". ¿Se da cuenta, amada hermana, que para Dios el hombre y la mujer son únicos ? ¿Puede percibir que habiéndonos formado con el mismo amor, Dios hizo a la mujer "con mucho cuidado"? El Señor jamás nos exigiría algo que Él no haya hecho antes, por eso es que a nuestros maridos les ordena "...dando honor a la mujer como a vaso más frágil" (1P 3.7). ¡Por supuesto! Nuestro amoroso Creador desea que lo que Él hizo con tanto cuidado sea tratado de la misma manera. ¿Está percibiendo el valor que el Señor da a cada una de nosotras? Todas nosotras más de alguna vez hemos tomado algo frágil en nuestras manos ¡con cuanta delicadeza lo tratamos! Hasta nuestros movimientos parecieran ser más pausados ¡y qué diferencia al tomar algo de plástico! ¿Habría trabajado así el Señor en algo que Él considerara de segunda mano o de menos importancia? ¡Absolutamente no!
B.- FUIMOS HECHAS A IMAGEN DE DIOS, CONFORME A SU SEMEJANZA. Aunque la ciencia insista en que descendemos del mono. La Palabra de Dios nos dice que el ser humano fue hecho a imagen divina y conforme a su semejanza. Aunque el humanismo siga enseñando en los colegios que somos parte del reino animal, el Señor dice que fuimos hechos a imagen de Dios. Satanás ha procurado por todos los medios de hacernos creer que valemos lo mismo que un animal, pero la Biblia nos dice en el Salmo 8.6-8 que nos enseñoreamos sobre todas las bestias del campo, del aire y del agua.
1. *2Tanto el hombre como la mujer fuimos una creación especial de Dios, no un producto de la evolución (Mt19.4; Mr 10.6)
2. Tanto el hombre como la mujer fuimos creados a "imagen" y "semejanza" de Dios. Debido a esa imagen, Adán y Eva podían responder a Dios y tener comunión con Él, y reflejar de manera extraordinaria su amor, gloria y santidad. Debían hacerlo al conocer a Dios y obedecerle (2.15-17).
2.1. Tenían una semejanza moral con Dios, porque no tenían pecado y eran santos, poseyendo sabiduría, un corazón amoroso y la voluntad de hacer lo bueno. Vivían en una relación personal con Dios que implicaba obediencia moral (2.16-17) e íntima comunión. Cuando Adán y Eva pecaron, se corrompió su semejanza moral con Dios (6.5). En la redención los creyentes deben renovarse a la semejanza moral original.
2.2. Adán y Eva poseían una semejanza natural con Dios. Fueron creados como seres personales con espíritu, mente, emociones, conciencia de sí y capacidad de elección (2.9-20; 3.6-7; 9.6).
2.3. De cierto modo la constitución física del hombre y de la mujer es semejanza de Dios en un sentido que no ocurre con los animales. Dios les dio a los seres humanos la imagen en la cual había de manifestarse a ellos (18.1-2) y la forma que un día adoptaría su Hijo (Lc 1.35; Fil 2.7; Heb 10.5).
3. Que los seres humanos sean hechos a imagen de Dios no significa que sean divinos. Han sido creados en un orden menor y son dependientes de Dios (Sal 8.5).
Toda vida humana proviene originalmente de Adán y Eva (3.20; Ro 5.12)*.
(Fin de la Primera Parte)
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